domingo, 3 de junio de 2007

Particular

Lo que tienen más de particular las colecciones particulares es que reúnen, como su propio nombre indica, los gustos de uno o dos particulares. Lo que las suele convertir en motivo de polémica, ocurre cuando de particular, por las circunstancias que sean, pasan a adquirir la condición de colección para el disfrute de todos. La de Magda Juan, en principio, no tiene visos ni entidad para acometer esa transformación, afortundamente, lo que le permitirá la conservación de su condición de particular durante el tiempo que dure.
Algunas de sus piezas, las menos, han sido adquiridas en las salas de arte. La mayoría provienen de lo que podríamos llamar donaciones o similar o del trabajo de uno de los coleccionistas que la componen. Hay muchas piezas originales que se ha intentado fueran de pequeño formato. Y mucha obra gráfica que ha llegado con sus tamaños habituales. Cuatro de los primeros dibujos originales que llegaron a la colección son los que se traen hoy al blog. Se los compré a uno de los compañeros de clase pero no recuerdo a cuál de ellos. Quizá fuera uno de los peculiares hermanos Mascaró, creo que se llamaban, que acudían a la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jorge en una motoguzzi de dos sillines con sus cabelleras rizadas al aire...